Dàniel dedicó su jornada de reflexión antes la justa a ver alguno de sus múltiples logros
“..Que se presente Escoming, …es mi voluntad hacer una visita al laboratorio de impactos”. Su consejero Escoming estaba siempre encantado de mostrar al Rey aquel crisol del cálculo y de la ciencia , aunque dudaba que pudiera compenderlo todo…desconfiaba de El porque no era un Hombre puro pero nadie más que El podía apoyar aquellos pasos hacia el monopolio de la virtud. Allí se había superado, de una vez por todas, los efectos terribles de la alquimia más propia de los tiempos oscuros. Se trataba de un enorme espacio construido en el Monasterio de los Hombres Puros justo en el lugar de la antigua botica. Cientos de amanuenses, con ábacos, astrolabios y sextantes hacían simulaciones de lo que sería las bases de la nueva ciencia. Dániel, clarividente, sentía la necesidad de abolir todas aquellas disciplinas que no contaran con la verdad incombustible de los hechos… los datos….ah…el olor del dato..¿a qué huele un dato?...
La primera sala estaba dedicada a estudiar los datos traídos desde todos los rincones del reino…los más pequeños en cajitas de mimbre, los engañosos se transportaban en saquitos de espuria, de ahí el nombre de datos espurios. Los grandes en descomunales carretas a las que estaban más atentos los indicadores. Los indicadores estaban en la tercera sala… pero no vayamos tan deprisa. En la segunda sala se expurgaban antes, se les ponían en cuarentena y se les quitaban adherencias, piojos y parásitos…cuando ya estaban listos desencadenaban al hombre invisible (lo liberaban al palpón porque nunca se sabía del todo donde estaba) y , después de una semana en convivencia con esta leyenda viva del azar, justo por naturaleza, el experimento quedaba listo para la tercera sala. Allí se agrupaban en indicadores que, bajo ciertas fórmulas adoptadas por los arcanos más oscuros y pasados por los cedazos de mayor a menor grosor, quedaban a disposición del aserto: “Tu aquí”. Encapsulados en sacos asépticamente preparados pasaban a la sala de los correctores de comportamiento. Aquí se le torcía el gesto a Encoming; sin embargo es donde más disfrutaba Dàniel. Sólo una mano pura podía corregir un indicador...es más …podía anular un indicador…es más…podía transformar un dato espurio en un indicador y un indicador en un dato espurio …era el poder del Rey…Escoming llegó a pensar que el propio Rey era en sí mismo un indicador. Lo que Escoming no sabía es que Dàniel practicaba todas las noches la pose del indicador delante del espejo mágico de su cámara más privada. “¿Qué soy , espejito mágico? “..Un indicador..majestad…”…Reservaba para las noches más atrevidas su postura favorita..con su dedo señalando al vacío y el otro brazo en círculo contra su cuerpo “..¿y ahora?..” “ahora sois una predicción, un teorema, un principio…me lío un poco…majestad..” y Dàniel , después de lavarse los dientes y consultar el oráculo del orbispedia ,rezaba su oraciones “Web of science…”su mantra “..excelencia (108 veces)”, un pis y se dormía tranquilo….salvo la pesadilla del día previo a la justa..cuando soñó con los planos secretos de CampusFour..algo que le aterrorizaba porque no sabía cuánto tiempo más podría tenerlos en secreto..que lo descubrieran sus abyectos competidores y el vulgo….
En la segunda sala había también lupas descomunales y catalejos orientados en todas las direcciones, legajos importados (los legajos locales estaban mal vistos) , alacenas con extraños animales disecados. A la segunda sala sólo pasaban los datos muy seleccionados …Escoming tenía especial cuidado con no mezclar los datos con los prejuicios…era un científico…se lo había enseñado su abuelita de pequeño , expurgando las lentejas de las piedrecitas con el canto del primer tomo del “Tirant lo blanc” …Una vez que tenían los datos puros..tan limpios que daba gloria verlos , en la segunda sala se simulaban acontecimientos …por ejemplo se colocaban setenta y siete iguanas (los animales locales estaban mal vistos) en un laberinto y se observaba como salían si es que salían y las que no salían si es que no salían y sus relaciones entre ellas antes de buscar su alimento si es que lo buscaban …Todo ello sin prejuicios..sólo se permitía alguna suposición intrascendente..es decir se suponía que una iguana quería salir y se suponía que competían entre ellas , también se suponía que sólo se tenía en cuenta lo que hacía las mejores de ellas y si eran las mejores y con quienes y por qué se relacionaban la mejores de ellas y con qué fin…también se suponía que una iguana era siempre una iguana…A Escoming le fascinaba aquella representación del mundo , le gustaba mirar los datos a la cara..sin el velo de la magia ni de la alquimia. !…Cuánta ciencia..cuánto esplendor..cuánta miseria se había dejado atrás…! Le maravillaba ver las fórmulas de la tercera y más gloriosa sala. No le gustaban ni un pelo los correctores de comportamiento. Los correctores estaban al final del pasillo, en una estancia muy oscura, sin ventanales. Cuando los comportamientos no se aproximaban a las intuiciones que habían tenido , se ignoraban a la mitad de las iguanas y se volvían a estudiar lo que hacían las que más se acercaban a lo que Escoming ya había lúcidamente deducido. Finalmente…todo aquello se pasaba a su estancia y Escoming con una fórmula sacada de su superior ingenio ordenaba el caos en una predicción que para algunos era casi diabólica. Sus aplicaciones en varios campos, como por ejemplo la compra venta de los mercados del reino eran muy apreciadas en todo el orbe conocido por los estudiosos más avanzados. Su última aportación rozaba lo satánico por su terrible exactitud.
Rezaba así: “…siempre que dejamos competir en condiciones de igualdad a un herrero (a) y un herrero (b) , sin intromisiones del Rey ni del gremio abominable, el nivel de satisfacción en la compraventa de los productos de cada uno de ellos , es siempre , ojo siempre, inversamente proporcional en una franja de más/menos dos, a la prisa que tenga el comprador (a) por marcharse, en el supuesto de que quiera comprar con la misma intensidad el mismo producto que un comprador (b) y que no se vea afectado nunca, ojo nunca, por algún suceso estocástico (del que por su naturaleza no nos hacemos responsables )si no es evidente en una franja de más/menos dos en el umbral del ojo humano(human eye)”.
Aquel compendio de ciencia, una vez suprimida la parte que aludía al Rey dejando lo del gremio, se proclamó a los cuatro vientos. De todas partes llegaron heraldos con niveles de impacto sobrenaturales, palomas mensajeras que traían las buenas nuevas agotadas muertas pero felices por comunicar en su pico tanta aceptación”.
Esta asombrosa afirmación, por exacta, supuso un nivel de impacto en la comunidad internacional ratificada por los heraldos que retornaban desde todos los rincones de los reinos habitados de la tierra conocida, casi similar al que dos años antes había tenido el descubrimiento de que el comportamiento de los usuarios de los baños turcos en su costumbre de orinarse dentro, podía medirse también, en menor intensidad pero con los mismos biorritmos , por la escala sismográfica de Richter (aún no descubierta, más mérito y capacidad).
Como el éxito científico se basaba, no en que los herreros pudieran saber qué es lo que les iban a comprar, sino que se lograse cuantos más y más excelentes prohombres extranjeros (los prohombres con apellidos locales estaban mal vistos) invocaran por escrito cuantas más y en más excelentes formas el nombre del que lo había proclamado … yo me invoco (un punto), you me invocas(dos) , he te invoca(tres puntos) , nous, no mejor, we te invocamos (la leche de puntos) ..y así… pues daba igual que le sirviera para algo a los herreros o si era extrapolable a los boticarios, a los astrónomos o a los capadores de cerdos: lo importante era el impacto…el número de veces que te citaban ya fuese para darte la razón o para acordarse de tu linaje. En el laboratorio lo denominaban espiral de impacto centrífugo, porque una vez que entrabas en la espiral salías rebotado n veces. Dániel a veces sollozaba en secreto ante tal exactitud a la hora de medir. Escoming retiraba la vista discretamente porque no era bueno ser testigo de la debilidad de un Rey , de un prohombre emperador..de un campeón de la Ciencia.
Thot, por la gloria de HIrsch.
(CONTINUARÁ)
No hay comentarios:
Publicar un comentario